Hoy he recibido un mensaje en mi móvil, el texto terminaba con un escueto “Te quiero”, (vaya por dios), esto siempre hace ilusión escucharlo o leerlo cuando es una la destinataria de estas dos palabras que envuelven tantos sentimientos, ya sean de amor o amistad, y más si vienen de quien te tiene pillado el corazón, que no es este el caso.
Porque una, esta acostumbrada a eso de…..si tu lo sabes boba, no hace falta que te lo diga.
El problema viene cuando el remitente de tales palabras es alguien a quien no te une la amistad que espera de ti, cuando le ves después de la inoportuna misiva y se queda con cara de……a ver que pasa.
Tratar de explicar con buena cara y mejores palabras que no sientes lo mismo, ni nada parecido, es un tanto complicado, y colocar una barrera para evitar nuevas sorpresas, ni te cuento.
Vaya “diita” he tenido.