Fugaz

Tu sonrisa pasa efímera como una estrella fugaz.
Pero perdura en el tiempo como una caricia.


Desenchufado





Yea,
entre cartones bien feliz
viendo el mundo pasar
y disfrutando del silencio
¡Dale vida dale!
quema el sol
y ensúciate los pies.
Entorna los ojos
no hace falta quedarse con sus caras
Agita tus pensamientos
y tíralos bien lejos,
en cualquier atardecer
¡ya regresarán mañana!

Si, es así
los pies morenos
de quemarme con la arena
y de buscar una sonrisa cómplice,
¿estará en el fondo de esta botella de vino?
Seguro,
y en muchos ratitos
de yacer desnudo
tocando un susurro
que se perfila
en las curvas que no tiene mi cama

Ya no importan las horas
el día sucede a la noche
y damos vueltas en la cama.
Que será de tí mañana
supongo que,
echarás un guiño al sol
despegarás del asfalto
y recogerás la manta del suelo.

Ahí vamos,
montados en el tren de las cosas reales
vagabundos del mundo
inspirados en lo no palpable
campo a través.

Leyendo en voz alta. Capítulo V

...
El día empezó a clarear con un tinte naranja-rojizo en medio del gris sucio de las nubes cargadas. A la entrada de la bahía el agua está tranquila pero muy fría. Y yo casi congelado.
Estuve pescando toda la noche. Flotando a cuatrocientos metros de la costa. Sentado en el hueco de una cámara de neumático inflada. En los alrededores hay unos veinte pescadores más. Todos igual que yo. Pero septiembre y octubre no son buenos meses. Hace dieciséis días que no pesco nada. Ya me parezco a aquel viejo de Cojímar que pescaba solo en un bote en la corriente del golfo y hacía ochenta y cuatro días que no cogía un pez.
Sólo que aquel fue un viejo heroico al estilo clásico. Destruido hasta la médula pero nunca derrotado. Yo no tengo nada de heroico. Ni yo ni nadie. En estos tiempos nadie es tan obstinado, ni tiene tanto sentido del deber, ni responsabilidad con su oficio. El espíritu de la época es mercantil. Dinero. Si son dólares mejor aún. El material para fabricar héroes escasea más cada día.
Por eso los políticos y los religiosos gastan saliva exhortando a la fidelidad y la soliradidad. Tiene que seguir haciéndolo o cambiar de oficio. Pero los que pasamos hambre, seguimos pasando hambre y nada cambia. Los políticos y los religiosos creen que pueden cambiarlo todo a fuerza de voluntad. Por generación espontánea. No es así. Los seres humanos seguimos siendo bestias: infieles, egoístas. Nos gusta alejarnos de la manada y observar a distancia. Evitar las dentelladas de los otros. Entonces viene alguien invocando fidelidad a la manada.
La ética más sabia que he conocido la predicaba un viejo solitario y anarquista que vivía cerca de mi casa, cuando yo era niño, en San Francisco de Paula. Aquel viejo era vigilante nocturno en la casa de un americano patilludo grande, que tenía un Cadillac negro y vivía en una buena finca. A veces yo iba allí a mirar La Habana. Desde la loma de aquella finca se ve toda la ciudad. Iba escondido porque el americano era cascarrabias y no le gustaban los intrusos. Me sentaba a conversar con Pedro Pablo, que de día ayudaba a arreglar los jardines, y me decía: "La vida debe regirse por dos cláusulas. La primera dice: cada ser humano tiene derecho a hacer lo que le dé la gana. Y la segunda: nadie está obligado a obedecer la cláusula anterior."
Siempre recuerdo este principio del viejo Pedro Pablo. Pero lo he podido aplicar pocas veces. El resto del tiempo he tenido que agachar la cabeza. De todos modos, en aquella época, hace cuarenta años, la gente tenía un oficio, y vivía de él. Me da la impresión de que cada quien sabía cual era su sitio y lo ocupaba, sin ambicionar tanto y sin complicarse.
Ahora hay mucha dispersión. Nadie sabe adónde pertenece ni qué debe hacer. Ni qué quiere exactamente, ni hacia dónde se dirige o dónde debe situarse. Todos vagamos con desespero detrás del dinero. Hacemos cualquier cosa por un poco de dinero y de ahí saltamos a otra y a otra. En definitiva, lo que hemos logrado es una gran revoltura de gente apaleándose unos a otros.
Ahh, pienso demasiado. Además, tengo el culo y los huevos mojados y los huesos se retuercen y me dan latigazos. Es malo pasar la noche solo, pescando en esta balsita. Después de todo, a mí que me importa si la gente está atolondrada o no. Lo mío es coger peces grandes, y si no los hay, desinflar esta cámara, guardarla con todos los aparejos, dedicarme a otra cosa, y esperar a diciembre. Cuando entren los vientos del norte, de nuevo habrá pesca. Pargos y chernas sobre todo, que son mansos. Fáciles de coger. No como los blue marlins, inteligentes, nobles y valerosos que perseguía el viejo Santiago en esta misma zona, frente a La Habana.
...

Trilogía sucia de La Habana. Pedro Juan Gutiérrez

LUCKY STRIKE

Las malvadas alas al alba alzadas
Uñas untadas en único ungüento

Capaz de-capitar altas capadas
Kafkiano kamikaze en firmamento

Ya llega tu yugo, yemas llagadas

Traiciono el tratado del tratamiento
Sustrato del ser que soy y que siento
Río* rendido a las riendas rasgadas

Indómita indignidad indolente
Knock Out de karatekas kenianos
Éter heterogéneo eternamente

Mes (in)mortal de mesas de milanos
Interior que se abre intermitente
Ojo de hojaldre que (h)ojea mis manos.





*Del verbo reír.

Con los sueños gastados

Hoy necesito gritar, necesito decir y que alguien me escuche sin hacerme mucho caso...

Que me llamen loco, porque lo estoy, porque he cargado tanto peso que me duele.

No busco consejos, ya los he recibido de los mejores, no quiero consuelos que no consuelan

No quiero llorar porque no me da la gana, solo quiero gritar hasta que el día se ponga oscuro

No quiero ser la piedra de nadie, ni el árbol que da sombra, porque ahora soy hoja suelta que va dando tumbos hasta caer al suelo,

Estoy cansado de críticas, juicios y opiniones. Estoy cansado de miradas que buscan tan solo mis errores.

He invertido años de mi vida en ser lo que esperaban los demás y no aguanto más, me gusta mi espacio y no me gustan los amigos de diario...Siempre esperan demasiado...

Caminando se hará camino, pero amigando no se hace amigos. Aunque a veces entre tanta gente me cuesta verlos, pero cuando mi silencio les llama, ellos están, sin preguntas, ni reproches...

Tengo mil cuentos guardados en el cajón de los sueños.

Tengo cien caminos esperando mis pasos, sin huellas, sin rumbo... solo ser recorridos con mi torpe andar.

Tengo en mis manos las caricias guardadas, buscando la piel que quiero tocar.

Tengo en los dedos letras cansadas.

Tengo las piernas cansadas y las ganas gastadas

Me subo en mis sueños a volar otra vez con mis desgastadas alas.



Le voy a cobrar a tus labios tus miradas


Le voy a cobrar a tus labios tus miradas
por descarada y por placer
Pues quiero tejer mi amanecer con tu mañana
y me invadan las ganas de arder en tu piel y probar tu calor
Y con tu olor bordar el aura que nos acompaña
Y notar que sanan las grietas que abre el puto dolor
cuando rompen las ramas de mi árbol
se resfría en invierno y no da sombra en verano


Sextetos y dos palíndromos gastronómicos



Salas las noches. ¡Eh!, con sal salas.

A su mesa pase, musa.


Casas Bermejas


Anoche en Casabermejas
fui a cenar a un restaurante.
Sufría el hambre acuciante
de una noche de reproches
y, sin pensar en derroches,
pedí una ración de almejas.

También quise degustar
vino propio de estas cenas.
Desdeñé el Quitapenas,
por dulzón entraba mal,
va mejor un Cartojal
con los frutos de la mar.

Prestas llegaron a mesa
raciones, copa y botella. 

Degustélas y, en centella,
me llegaron los espasmos.
Espasmos de mil orgasmos
del placer me hacían presa.

Olvidada ya mi pena,
al tercer vaso de vino,
vino el momento mezquino,
tan difícil de tragar
que astilló mi premolar.
Un vil bocado de arena.

Escupiendo sin astucia,
lloré mi suerte rastrera.
“¿Qué es toda esta escandalera?”,
la cocinera gritaba.
“Tu roscón traía un haba,
me has dado una almeja sucia”.

Nace el sabio cuando yerra.
Ah, mujer sin corazón,
saca de esto una lección,
ten ahí tu moraleja:
Si vas a ofrecer tu almeja,
quítale antes la tierra.

Bar con terraza.



El cliente siempre tiene la razón y a veces si tiene mucha pasta cambias las leyes, porque si tienes dinero eres el rey, el gurú, tu tienes el cetro de poder, si, eso que vas y dices…- ¡que se pueda fumar en mi local!-, y oye van y te cambian la ley para ti. 
Tu eres un magnate con pasta a reventar y te hacen lo que haga falta, de eso que  viene tu asesor financiero y te dice –hoy es un gran día, te va a besar el culo la presidenta de una comunidad- y ella va y te lo besa sin hacer ascos ni nada. Entonces plantas tu megaextragran negocio, o no, pero en ambos casos dejas al aire por cuanto se llega a vender la gente.
Ahora,si tienes una bar de mala muerte que te reporta pingües beneficios y defiendes cual reducto galo, en el que ya invertiste tus buenos euros para delimitar zonas de fumadores y de no fumadores y cambian la ley y se prohíbe fumar en todo  el cuchitril y como te quedaste tieso con el tabique de pladur,no puedes poner dos mesas en la calle, así que se te queda cara de póker cuando ves como tu clientela se  va al bar de enfrente, que aunque sus tapas no son nada del otro mundo, tiene una terraza cubierta muy molona de la que penden geranios de plástico por doquier y en la que caben cinco mesas "repretas" pero eso si,ahí se puede fumar.
Ya lo dijo un gran sabio, al rico le llega el hielo en verano y al pobre en invierno.
P.D. El autor del oleo es Manel Doblas,interesante  blog de pintura.