Dentro de unos días se da el pistoletazo de salida a la Navidad, si, ya sé que hace semanas, o mejor dicho algún mes, que nos deslumbran las luces en las calles y escaparates, y que andamos como locos, pero el día 24 es el día.
Primero las cenas y comidas con los compañeros de trabajo, las madres de los compañeros de clase de los niños, amiguetes del gimnasio, antiguos compañeros de colegio, pero las verdaderas protagonistas son las comidas y cenas familiares, con esas cuñadas pericompuestas,cuales árboles de Navidad, que estoy segura de que si meten un dedo en un enchufe se les encienden las bolas de los pendientes, ademas los niños de estas, tan repipis, revoloteando, gritando y sacando de quicio a todo el mundo con los regalos de Papá Noel, que ya podría regalar, un libro, unas zapalletas o un pijama, no sé, algo que no haga ruido, es una delicia.
Además hay que comer por comer, aunque no te entre ni un polvorón mas porque sientes que en cualquier momento vas a estallar, tu o el botón de tu pantalón , pues esa madre, ya sea la propia o la política, no ha pasado todo el día cocinando para que después se le quede todo en la mesa, así que entre plato y plato trincas el vino, después el cava para hacer pasar los polvorones y una copa para rematar, y sales de casa de la susodicha con media bolinga, una talla mas, y tarareando “Ande,ande,ande,la marimorrrrrrena”,es una delicia.