Hasta que perdamos los reflejos

"…en realidad,
la verdadera revolución
empieza siempre el día después
de haber triunfado la revolución...
"


Discutimos sobre el Magreb.
Cigarro. Tragos. Cigarro.
La conversación se desvía
a los zares de Rusia -de los que
no tengo demasiada idea-,
de Daoiz y Velarde a
la primavera de Praga,
hasta 'Radio Venceremos' y
el FMLN a finales de los ochenta.


"...pues va la tía y me pide un cojín,
aclarándonos a los alli presentes
que es que a Alfredo le encanta el sexo anal...
"


Risas. Exageraciones. Cigarro.
Rebusco en el bolsillo alguna moneda
para la violinista de turno.
Álvaro se crece hablando de guiris.
¿Otra ronda? La duda ofende y
por lo visto me toca pedir a mi.


"...unos cabrones todos. Imputados en las listas,
eurodiputados en cargos directivos y ni siquiera
nos computan el voto en blanco...
"


Especulación urbanística, acuíferos al mejor postor,
la representatividad del pueblo. Bla, bla, bla.
Me estoy meando y me escabullo unos minutos.
Cigarro. Brindamos. Apuramos la cuarta copa.
La terraza entretanto se llena de niñatas escotadas.


"...aunque estéis de mierda hasta las rodillas
sacáis pecho y seguís cantando. Por eso el gallo
es el emblema de los gabachos...
"


Más risas, el Fransúa se lo toma a guasa.
Nos cuenta un chiste malo sobre Suiza y
su ministro de Marina, comparándolo con España
y el ministro de Trabajo. No sabe contar chistes.
El hielo cada vez dura menos. Última copa.


Otra última copa.
Y otras dos últimas más.


...


Y ahí seguimos
aquellas otras tres rondas,
riéndonos de nosotros mismos
y lanzándole dardos al mundo
entre gin-tonics de sobremesa,

dilapidando con vocación
una tarde de sábado
a las afueras de la gran ciudad.

Y así seguimos,

trazando distraidos
como las moscas en verano
absurdos garabatos
sobre el aire que nos cerca
mientras la muerte lenta y torda
trata inútilmente de atraparnos.

Hasta que nos toque pagar la cuenta.