Pesadillas de una noche de verano

Mientras los jinetes del Apocalipsis baten sus bolas de fuego, la gente huye despavorida. Llevan máscaras de muerte, van vestidos de blanco.

Azotan salvajemente. Su juez y su verdugo está en ellos mismos. Fueron picados con el ansia y el desprecio, la humillación y el odio. Y llevan sombrero.

La causa de un quijote no tiene nada que ver con esto. Robin Hood era un tierno galán, renegado a eso por los verdaderos saqueadores.

Lleva mocasines, es bajito y tiene mala hostia. Siempre lo verás con un puro en la boca. Sonriendo, mirando ira.

Los jinetes no tienen hogar, corren frenéticos en busca de más, siempre más. Danzan, bailan, hablan demasiado. Se sientan en tu mesa y actúan como si nada. Tienen los ojos vidriosos y si los miras fijamente… no ves nada.