Te quiero


Las palabras que lees, no salen de mi boca, es la voz de mi alma que retumba en mi cabeza.
Puedo estar horas conversando conmigo mismo y tener entretenidos conflictos de conciencia y mantener magistrales charlas conmigo mismo.
Además, cuando me apetece, puedo ser elocuente y magistral y en ciertas ocasiones hasta deslumbrante.
Este silencio, es el resultado del miedo a no elegir la palabra correcta en cada momento.
No puedo decir lo que pienso, aunque si pensar lo que digo y quedarme con la sabiduría de escuchar, mirar y aprender, y eso me otorga ventaja.
La ventaja de tener las respuestas preparadas.
Tan solo me queda decir una cosa...
Pero eso, creo que ya lo sabes desde hace tiempo.
Que es decirte que te quiero.