Va de etiquetas.



Confieso que formo parte del movimiento 15M,que acudo a las calles cada vez que se nos convoca, que no pertenezco a la extrema izquierda,no pertenezco a nada ni a nadie,confieso que no me identifico con ningún color,símbolo ni bandera,porque mi identidad es otra cosa.
Que no me gusta este sistema económico y social en el que nos han encerrado y mantengo la esperanza de que todo cambie y por esto soy antisistema,porque este no funciona y  no por eso soy una salvaje,ni se me puede calificar como una persona agresiva o violenta,porque mi modo de vida es otra cosa.
Confieso que me gusta escuchar las asambleas,que las personas hablen libremente,allí no se etiqueta a nadie,no se discrimina,se respeta,se escucha,se participa,las plazas fueron creadas para eso,confieso que me da igual de donde sean las personas y quiero que a nadie le importe si soy de aquí o de allá,porque mis raíces son otra cosa.
Confieso que mi Dios no esta en las iglesias y tampoco en los bancos,ni en lo que tengo o no tengo,porque mis creencias son otra cosa.
Y si alguien se siente amenazado o agredido por esto y busca para defenderse colocarme una etiqueta,que mire a sus padres, los que también lucharon por lo que se nos quiere arrebatar ahora, después mire a sus hijos y se pregunte que les va a quedar si esto no cambia y dentro de unos años, piense a quien de ellos podrá mirar a los ojos para decirles -yo no hice nada- sin que se le caiga la cara de verguenza.

Corre, corre

Corre corre
que viene con las navajas
rajando las espaldas
y robando los corazones

Corre corre
que viene cercenando
los sueños erráticos
y tirándolos por el váter

Corre corre
que viene robando
las fuerzas del subsidio
que nos hacen mirar por encima el suelo

Corre corre
no tiene miedo
es un salvaje
que muerde los tobillos

Corre corre
y no mires atrás
salta por la ventana
y atrévete a pisar el vacío

Autodestrucción

Cada cual que baile con sus fantasmas
en la barra otro cubata
y cuatro borrachos me acompañan
dos bailando
todos me sacan veinte años
la barra es mía
el mundo a mis espaldas
una vidriera abotellada
y un espejo partido
me retratan.
Da igual
si me pillan bailando
mirando
o hablando
tengo la camisa abierta
y la navaja entre los dientes
hoy va a ver sangre
Los labios entregados
descosidos por la espera
mojados por el pecado de los musulmanes
Con los brazos apoyados en los pensamientos
y los locos acompañando la música
aquí no sirven agua
por favor, cierra la puerta
que aquí se queden todos los fantasmas

Charcos de lluvia y fusiles de guerra (V)


Siempre es la misma pregunta.

Esa que me lleva en volandas a pudrirme en una fosa común de Srebrenika; a enseñar los dientes defendiendo un pedazo de pan, con los ojos inyectados en sangre en un mugriento barracón de Birkenau; a recibir en el costado el balazo de un niño de 11 años, recorriendo las calles de Mogadiscio a primeros de los noventa. Esa que me lleva a incriminar a toda la raza humana.

Luego está ese tipo, Alejo Garza, atrincherándose en su rancho de Tamaulipas a sus setenta y tantos años, a impartirle lecciones de dignidad a los narcos. O aquel compadre catracho que tuve la suerte de contar entre mis amigos, que tras aquel huracán endemoniado se lanzaba una y otra vez a las aguas picadas del Pacífico, a recuperar cadáveres y supervivientes. Me gustaría saber que al menos él, todavía sigue vivo. Indultándonos sin pretenderlo.


El caso es que con los años la memoria se va convirtiendo en un campo minado. Con algunos envites imposibles de sortear, y ya no digamos de digerir. Ahí están sino esas criaturas inocentes esnifando terokal por las calles de Quito para recordármelo, deambulando la ciudad como gatos callejeros. Abandonados a sus suertes y a la intemperie. Exhibiendo nuestra cobardía. O poniéndo a prueba nuestra indiferencia en el mejor de los casos.

Y al final tarde o temprano siempre aparezco yo, como un actor de reparto con pretensiones. Interpretando el guion a mi manera, permitiéndome incluso el lujo de pasármelo por el escroto, de saltarme las reglas con corazón y convicción. Dejando para otros esa otra transgresión barata y autocomplaciente de fin de semana.

Excepcionalmente como digo, me rindo ese tributo, me rasgo las vestiduras tras despojarme antes de cualquier visión romántica de las cosas. Lo consigo asimilar: una guerra es siempre una guerra, joder. Inmensa y civil esta que libramos, y hay que apechugar.

Pero otras, como hoy, me deshago como un azucarillo bajo la lluvia. Ahogándome en un mar de dudas que siempre son la misma. Esa del si vale o no la pena. Sucumbiendo a esa mediocridad que casi todo lo impregna e invita a dejarse llevar. A tomar atajos por los que casi todos van, pero que en realidad –tú ya lo sabes- no conducen a ninguna parte. Y me quedo en casa desarmado y desalmado, claudicando. Haciendo de esa misma lluvia que me deshace, un pretexto con el que relamerme las heridas y postergarme hasta mañana.

Esas mañanitas

Tengo el hambre
recorriendo mis pensamientos
soy un cazador
buscando los rastros
que dejan tus aspavientos

Me ensancho si aparece
Al cerrar los ojos
cara de tonto
siempre mirando las espaldas
con los dientes sacados
¡he vuelto a jugar con el destino!

Es la historia de los comienzos
o es la excusa de lo perfecto
es la impaciencia aliada
con sed de revancha
que trabaja de espaldas

Solamente un momento
para no pensar en perder
me lleve al instante
donde sé
que acabaré entre tus pechos

Generación perdida

Yo soy parte de la generación perdida y esa será vuestra culpa. Habéis convertido esto en una ruina y sólo sabéis lameros las heridas. Os dedicáis, malditos cobardes, a insultarnos, mentirnos y tomarnos por tontos. No tenéis ni puta idea del desastre que estáis ocasionando. Pensábais que construíais una casa de cristal y sólo era una chabola de cartón.

Estáis perdonando a los ladrones millonarios y machacáis a los que no tienen dinero. Limpiáis los zapatos del que os pisa la cabeza y al resto nos hacéis andar descalzos.

Somos la generación perdida, pero no seremos nosotros los que perderemos. Podemos resistir y levantarnos. Volveremos. Nos echáis a la puta calle y este será vuestro final.

Habéis levantado un país de mierda y no os importa nada. Soy joven y no pienso quedarme callado. Soy parte de la solución y vosotros sois el problema. Esto no lo arregláis y pretendéis quedaros solos. Vosotros sois la crisis. Vuestros valores están equivocados y vuestras ideas nunca fueron sanas.

Este país da asco y nos quitáis del medio. Volveremos y haremos de esto una sociedad diferente.

Meteos las soluciones políticas por el culo y luego llevadlas a Europa y no regreséis.

Somos la generación perdida y seremos quienes empezemos esto de nuevo.