De nada sirve avanzar si no hay marea.
Mi infancia es un descampado al que nunca acudo,
es un río de savia seca ocluyendo.
En el cementerio los besos,
la noche no tiene forma.
Hay un poema tiritando bajo el felpudo,
y todas las llamas son el mismo fuego.
He perdido la batalla
donde nunca hubo una guerra.
He cavado una trinchera,
para defenderse de mí mismo
y no funciona.
y aunque lo vea todo perdido
te sigo esperando...