Infanticidios

La gente por lo general
se va acostumbrando a paladear
el sabor de sus derrotas.

Empiezan por decirse aquello del
“¡Bueno! Es solo por un tiempo,
hasta que encuentre algo mejor”


Un trabajo más gratificante,
una novia más atenta,
unos amigos más afines.
Un perro que no se mee
al bajarlo por las escaleras.

Una vida que nunca llega
si uno no está dispuesto
a magullarse un poco...

Y con el tiempo muchos
se van borrando. Apagándose
como la lumbre de las candelas.

Bajan los brazos resignados y
postergan para siempre la lucha
contra sus circunstancias.

Caminando como lemmings hipnóticos
hacia el otro lado de la pantalla.

Y en el peor de los casos,
enorgulleciéndose en sociedad
de la ingente cantidad de mierda
con la que han acabado por sepultar
al niño que llevaban dentro.