De mi familia he contado muy poco en este blog,estos días he recordado una historia que me contaba mi madre cuando era niña sobre mis abuelos,un relato sobre la postguerra,de cuando el país estaba arrasado y llevar algo para comer a casa era realmente difícil.Ellos vivían en un pueblo pequeño de Granada,mis abuelos trabajaban para unos terratenientes,mi abuelo en las tierras y mi abuela en la gran casa,limpiando y cocinando para los señores,les pagaban a diario,a mi abuelo le daban unos reales,algo de trigo,alguna verdura y unos huevos y a mi abuela le pagaban con pan,mi abuela terminaba su trabajo y al final de la jornada amasaba dos hogazas de pan,uno para los señores y otro para su casa.Me cuenta mi madre que mi abuela enfermó y pasaron tres días hasta que pudo volver al trabajo y me cuenta también,que la señora de la casa le dijo que habían estado tres días sin pan y que por eso durante tres días debería amasar las dos hogazas diarias pero que las dos se quedarían para ella,(la señora),y así compensaría la falta de pan durante su ausencia,mi abuela trabajó y amasó durante tres días,sin llevar nada a casa y al cuarto día después de su enfermedad,en casa de mis abuelos se volvió a comer pan.El tiempo pasó y mis abuelos vinierón a vivir a estas tierras alicantinas, los señores de la gran casa acabarón trabajando sus propias tierras y amasando su pan y al final mal vendiendo las tierras y la casa,mi abuelo encontró trabajo en una empresa de muñecas y mi abuela no necesitó trabajar más.
Mi madre siempre concluía esta historia con una frase que con los años he llegado a entender ,"El tiempo dá a cada uno lo que merece".