"Mercao"

Cebollas nuevas aun entalladas,
jureles, aceitunas gazpachas,
zurrapa roja casera,
carabineros, doradas,
jamón serrano de bodega,
pargos, rodaballos, atunes,
descuentos a restaurantes y
ventas al por mayor,
o avíos para el puchero,
y huevos para la cena.

Espárragos tiernos, manojos,
uvas de moscatel en racimo,
conejo entero, queso de oveja,
ternera de babilla para estofado,
aros de calamar congelados,
gitanas menudas en la puerta
vendiendo almejas, navajas y
pesca furtiva en barreños verdes.

Melocotones en temporada,
cerezas pasadas de moda,
fideos finos, almendras blancas,
lubinas muertas de frio,
cigalas, langostas al mejor postor,
vinagre de jerez, vino usted tarde
no quedan ya barras de viena
llévese una piña campera,
le regalo dos molletes integrales.

Café, té moruno, hierbabuena,
comino en polvo, romero en el aire,
guindillas cabronas, encurtidos picantes,
carrillada ibérica, melones de huerta,
una naranja que se da a la fuga
rodando pasillo abajo, abriendo camino
entre amas de casa, padres divorciados,
básculas tramposas que inventan gramos
y tenderos que a veces mienten al sonreír.

Entre tanto colorido, bacanal de aromas,
sus manos húmedas, su tez morena,
el moño recogido en un imposible,
no más de veinticinco años, seguro,
y el sudor resbalándole por el pecho,
los labios carnosos, su padre vigilando
la mirada juguetona de mi reina
de las carniceras tiernas del mercado,
mientras me corta en finos solomillos
un corazón que hoy esta de oferta.