En el fondo de la conciencia,en un rincón casi olvidado, allí ,aletargados, en silencio,latentes, se esconden los miedos, en la oscuridad, la misma que hace temblar mi cuerpo y escapa a mi control.
Porque no hay ausencia sin dolor,porque el tiempo no lo cura todo, el sueño se empeña en no olvidar y pasea por la mente sin permiso volando a su antojo, burlón, haciendome recordar lo que ya pensaba olvidado,como si le alegrase mi tristeza.
La habitación vacía,oscura, estoy en un rincón,temblando,acurrucada, inmóvil, paralizada por el miedo,incapaz de recorrer los pocos metros que me separan de la luz,con la certeza de que solo esa distancia me separa de la paz,pero soy incapaz de intentarlo.
Despierto con un nudo en la garganta ,el corazón golpeando con fuerza como si quisiera salir de mi cuerpo y el peso en el pecho,ese peso que no deja pasar el aire a los pulmones y me apresuro a cerrar todas las puertas de la conciencia, de echar todos los cerrojos y no pensar