En algunos de los blogs que suelo leer, encuentro poemas de esos que te ponen los pelos de punta, como escarpias o “carne de pollo” (según mi hijo), y yo, que soy culito veo, culito deseo, (esto es de mi madre), y en un arrebato de envidia “cochina” (de la buena), me planto delante del PC, con un café y la intención (fíjate tu) de transmitir sensaciones con palabras hermosas y que además rimen (casi nada). Confesare que soy una negada para esto de la poesía, (para escribirla, claro), y después de un rato, dos cafés y tres párrafos, admito mi incapacidad para escribir nada medianamente coherente. Así que desisto, y decido, que cuando necesite transmitir sentimientos con poesía lo haré “Por boca de otro”. (Mi madre otra vez).
Mar adentro, mar adentro, Y en la ingravidez del fondo donde se cumplen los sueños, se juntan dos voluntades para cumplir un deseo.
Un beso enciende la vida con un relámpago y un trueno, y en una metamorfosis mi cuerpo no es ya mi cuerpo; es como penetrar al centro del universo:
El abrazo más pueril, y el más puro de los besos, hasta vernos reducidos en un único deseo:
Tu mirada y mi mirada como un eco repitiendo, sin palabras: más adentro, más adentro, hasta el más allá del todo por la sangre y por los huesos.
Pero me despierto siempre y siempre quiero estar muerto para seguir con mi boca enredada en tus cabellos
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